viernes, 26 de octubre de 2012

Reposo

Una buena historia necesita de un período de reposo antes de que vea la luz. Se debe desconectar de ella por completo, quitarte de la cabeza los nombres, lugares y conflictos, tratando de evitar hablar de ella ni buscarle defectos o virtudes con ansiedad.

Es la receta en la que creo y la que aplico a mis novelas.

La falta de memoria en mí facilita la tarea. Tanto es así que, cuando el próximo 1 de noviembre tome la historia para merendármela en el puente festivo que se avecina, seguro que acabo por sorprenderme con alguna de las escenas o de emocionarme con alguno de los diálogos.

Es el momento de sacar la tijera y recortar todo lo superfluo, como una pieza de aluminio sacada de la fundición, ya fría. Hay que arrancar los restos de rebaba metálica que afean, distraen y pueden producir algún corte en quien la manipula.



Ya está entregada a un par de premios, la suerte está echada, y habrá que ir preparando nuevos ejemplares para otros que se acercan. Pronto registraré la historia y el nombre, tendré la portada y la revisión definitiva. Es entonces cuando comenzaré a preparar el dossier con el que comenzar a comercializar la novela a editores y agentes literarios.

Siempre que termino una novela me preguntan, ¿cuándo la presentas?, cuando en el fondo ese final no es más que el principio de una larga travesía. La pregunta más acertada sería: ¿la publicarán?

martes, 16 de octubre de 2012

Imagen

Conforme he ido avanzando en el mundo de la literatura he sabido comprender lo importante que es acompañar una buena historia de todo aquello que la complemente para hacerla atractiva a ojos del lector.

Creo en las historias que escribo y me gusta compartirlas.

En estos tiempos que corren donde todo se consume deprisa, en que la oferta supera enormemente a la demanda y las tentaciones, especialmente las digitales, van guiñándote el ojo mires hacia donde mires es importante buscar el propio camino para que tu guiño de ojos sea más excitante que el de otros, captando la atención aunque sea lo que dura un flash fotográfico para que un futuro lector anónimo acabe pasando de potencial a real.

Con esta novela que me traigo entre manos y aún no ha visto la luz quiero trabajar todas las posibilidades, fundamentalmente por dos razones: creo en lo que hago y me resulta divertido el reto.

¿Cómo captar la atención con un libro?

El primer impacto lo produce la portada, la cubierta.

La película en que pronto se convertirá No te supe perder, mi anterior novela, me sirvió para conocer gente interesante, creativa, rompedora. Una de estas personas es Jose Ponce de León, diseñador del logo de la peli y constante fuente de inspiración para todos los que trabajamos, ¡aún!, en ese proyecto que algún día, espero que cercano, se hará realidad: Llevar una de mis novelas a la gran pantalla.



Desde hacía mucho tiempo, cuando aún la historia estaba en pleno proceso de construcción, pensé en él para solicitarle y ofrecerle al mismo tiempo el diseño total de la imagen de la novela. Confío plenamente en él.

Su respuesta fue un sí rotundo e inmediato, para mi felicidad.

El pasado miércoles quedé con él para tomar unas cervezas y entregarle el manuscrito. Lo recibió con tanta pasión que me emocioné aún más.

No sólo eso, conforme me explicaba la técnica que iba a aplicar más me convencía del acierto de mi elección.

Jose leerá varias veces la novela y dibujará un boceto a cada cierre del capítulo final, de modo que irá estableciendo todo un proceso manual de pintura antes de proceder a su paso a digital. Conociendo su habilidad para crear, lo metódico de sus trabajos y la sensibilidad que tiene para captar la esencia de las cosas no puedo más que sentirme afortunado de haber encontrado gente así por mi camino que quieran ayudarme en este alucinante recorrido por el mundo de la creación.