sábado, 4 de mayo de 2013

Ateneo

Mientras trabajo con disciplina monacal en mi nuevo proyecto literario y se acercan los días en que se estrene definitivamente el largometraje No te supe perder, basado en mi última novela publicada, continúo moviendo con una calma extraña Huyendo de mí.

Tras pasar por las manos de Miguel Ángel Parra, comprometido afectivamente con  la promoción de la historia una vez que vea la luz, procedí a la última corrección antes de enviarlo al XLV Premio Ateneo de Sevilla, a punto de cerrar el plazo.



Llegué con dos ejemplares al imponente edificio de la calle Orfila y, tras subir sus grandes escaleras, me recibieron amablemente, rellenaron un recibo en el que queda reflejada mi participación y me explicaron, a preguntas mías, que en las últimas tres semanas antes de la fecha límite habían llegado una media de 40 novelas diarias de todos los rincones del planeta, cantidad similar a la que en paralelo iba llegando a la editorial Algaida, organizadora del premio.

Yo veía tras del administrativo que me lo explicaba unos estantes repletos de grandes sobres impregnados de ilusiones, en su mayoría, vanas.

Somos pequeñitos en cualquier ámbito de la condición humana en el que nos movamos, razonaba mientras venía de vuelta a casa con un papel que daba fe de mi participación en un concurso que, eso es seguro, nunca ganaría si no me presentase.

Dura, la literatura.

domingo, 10 de febrero de 2013

Blog

Si me pidiesen consejo, diría que una de las herramientas más útiles para formarse en la escritura es la de tener la constancia de publicar en un blog.

Son textos preferentemente cortos, en los que debes caracterizarte por un lenguaje directo que mantenga la atención del lector, al que intentas fidelizar y en el que hay que ser lo suficientemente brillante y coherente para no desconcertar.

Esa capacidad para enganchar me resulta luego muy útil a la hora de escribir una novela, así como el hecho de experimentar con la construcción de ideas a través de los textos.



Al dedicar mis esfuerzos, placenteros, eso sí, a mantener vivo un blog me estoy manteniendo en contacto con lectores conocidos o potenciales y, además, observo las reacciones, cuáles gustan más, emocionan, qué es lo que gusta menos. Incluso yo, como lector de mis pequeños textos, quedo más o menos satisfecho con cada resultado final.

Te expones al exterior, lo que siempre conlleva un retorno, creas una disciplina y experimentas con el lenguaje fuera de los fuegos de artificio de la pura teoría o el papel que va a la papelera.


lunes, 14 de enero de 2013

Portada

Desde hacía tiempo tenía claro que ofrecería a José Ponce el diseño de la cubierta de mi nueva novela. Haber trabajado con él en la película NTSP, para la que creó el logo, y haber comprobado cómo construía guiones para cortos o lanzaba ideas para la promoción del largometraje me hizo estar convencido de que sería un lujo contar con él para construir la primera imagen con la que se encontrarán los futuros lectores de Huyendo de mí.

Trabajó a partir de dos lecturas pausadas de la novela, intentando captar el tono, los colores, la imagen de esta historia urbana de relaciones personales complejas entre cuarentañeros sevillanos que se buscan y se alejan.

La primera propuesta viene ligada precisamente a este carácter urbano, jugando con los planos de las tres ciudades protagonistas: Sevilla, París y Bruselas, utilizando colores apagados y figuras difusas, con unos caracteres movidos que dan idea de ese desasosiego interior del que huye.


La segunda opción, más comercial, divertida y centrada en la parte vodevilesca de la historia destaca por sus colores, con un gran labio rosa que divide a París de Sevilla y da cobijo a los personajes principales de la novela en plena huida.


En las dos aparecen las rosas...