viernes, 13 de julio de 2012

Métodos

Como en cualquier proyecto de envergadura, en la apasionante tarea de escribir una novela lo importante es el resultado final, poco importa si para construirlo establecemos diez o ningún método de trabajo.

Soy de las personas metódicas que necesitan reglas de trabajo, objetivos y estructuración para lanzarse a atacar un reto de esta importancia.

Cosa bien distinta es perderse en las propias normas de trabajo que tú te des. No hay que olvidar que la única meta es la novela final y que éste sea un producto de calidad que responda a las exigencias que uno se ha impuesto como irrenunciables.

Los métodos estructurados aportan, además, disciplina.

El llevar un seguimiento de lo escrito y por escribir permite tener visibilidad, recompensa en los momentos bajos y te permite trabajar sobre la novela sin que esto siempre suponga el lidiar de forma directa con el papel en blanco, con todo el vértigo que esto supone.

Quien, por tanto, guste del paseo continuo al borde del precipicio quizás desprecie con motivos el aporte que le pueda suponer toda la batería de tácticas de las que yo me doto para conseguir llegar a la meta.



Trabajo fundamentalmente sobre tres soportes:

* El fichero excel de histórico de producción
* El sistema de etiquetado
* El corcho móvil

Poco a poco iremos profundizando en cada uno de ellos.

Al ser argucias muy personales, algunas de ellas no podrán ser adaptadas por escritores que puedan en algún momento leer esto. Sin embargo, pueden servir como ideas para desarrollar algo diferente sustentado en las mismas bases.

Lo importante es retener que el método 'equis' se puede abandonar o retomar en cualquier instante, y será útil desde el momento en que haya servido para construir y progresar.

Sería equivalente al guión de cine para una película. El objetivo es el film en sí. Una vez éste se ha conseguido, el guión puede ir directamente a la papelera.

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